domingo, 21 de noviembre de 2010

Tercer cuento

     No hace mucho tiempo, ofrecieron a la familia de Aba, una niña africana de 9 años, emigrar a otro país. Por facilidad, el lugar donde más gente iba, y a donde generalmente llegaban más número de personas vivas eran las Islas Canarias en España. Tendrían que irse en patera.

        A Aba le daba mucho miedo, no entendía cómo podrían sobrevivir tantísimas personas en una barca en medio del mar. Como niña que era le daban mucho miedo los tiburones, y se lo repetía todos los días a su madre: "Mamá,¿y si se hunde la barca?¿y si caemos al agua? mira, que seguro que hay tiburones..."Y la madre reía, pero realmente la daba mucha tristeza esa situación. Era la única solución que tenía, y era o eso o morir de hambre.
        Aba no quería marcharse, porque además del terror que la daba montarse en esa pequeña barquita, estaba el hecho de que no quería marcharse de su país, allí ella lo tenía todo, todo lo que necesita una niña de 9 años: sus amigos, su escuela...Pero también sabía que su madre estaba muy triste todos los días, asique nunca dijo nada más.
      Aquel fatídico día llegó. Aba se montó en la barca con su familia. Fue horrible. Hacía frío, tenían hambre, la gente lloraba, algunos reían, y otros morían por el camino. Fue un trayecto larguísimo y espeluznante.
     Aba se quedó dormida. Apareció en una cama. No sabía donde estaba. De repente un olor conocido se acercó a ella y la dio un beso.
     Sólo sobrevivieron Aba y su madre. En la patera iban 70 personas.

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